Territorial Kleber Ramirez
Ejido- Mérida
Radiología Musculoesqueletica
INTEGRANTE
Michel Alejandra Rojas Peña
Radiología e imagenologia semestre I secc:A
Radiología musculoesquelética
La evaluación de los tumores óseos exige un enfoque multidisciplinario que incluya a traumatólogos, radiólogos y patólogos con experiencia en la patología musculoesquelética.
El estudio por imágenes es imprescindible en la evaluación de las lesiones tumorales y seudotumorales de los huesos. El radiólogo debe evaluar el patrón de destrucción ósea que se produce, el tamaño de la lesión, su forma, los márgenes, la presencia de matriz ósea y trabeculado dentro de ella; además el compromiso cortical, la presencia de reacción perióstica y el compromiso o no de partes blandas.
El análisis de estas alteraciones da una idea de la actividad biológica del tumor y permite determinar si la lesión es agresiva o no, pero no se puede diferenciar de lesiones benignas o malignas, ya que hay lesiones agresivas que son benignas y lesiones con aspecto radiológico no agresivo que son malignas.
Es importante la posición de la lesión en el hueso, que puede ser transversal, cuando está ocupando la médula, la corteza o la superficie, o longitudinal, cuando está en la epífisis, la metáfisis o la diáfisis.
Otro aspecto importante es saber la localización en el esqueleto, cuál es el hueso preciso que está comprometido, ya que hay tumores que tienen predilección por algunos huesos. El análisis por imágenes permite muchas veces un diagnóstico confiable.
El estudio por imágenes es imprescindible en la evaluación de las lesiones tumorales y seudotumorales de los huesos. El radiólogo debe evaluar el patrón de destrucción ósea que se produce, el tamaño de la lesión, su forma, los márgenes, la presencia de matriz ósea y trabeculado dentro de ella; además el compromiso cortical, la presencia de reacción perióstica y el compromiso o no de partes blandas.
El análisis de estas alteraciones da una idea de la actividad biológica del tumor y permite determinar si la lesión es agresiva o no, pero no se puede diferenciar de lesiones benignas o malignas, ya que hay lesiones agresivas que son benignas y lesiones con aspecto radiológico no agresivo que son malignas.
Es importante la posición de la lesión en el hueso, que puede ser transversal, cuando está ocupando la médula, la corteza o la superficie, o longitudinal, cuando está en la epífisis, la metáfisis o la diáfisis.
Otro aspecto importante es saber la localización en el esqueleto, cuál es el hueso preciso que está comprometido, ya que hay tumores que tienen predilección por algunos huesos. El análisis por imágenes permite muchas veces un diagnóstico confiable.
¿Que es la Radiología Musculoesquelética?
La Radiología Músculo-Esquelética o osteomuscular, se centra en el diagnóstico y tratamiento de cualquier aspecto relacionado con el aparato locomotor, por medio de la imagen.
Hay radiólogos especializados en este área, se agrupan en la SERME con objetivos de formación, desarrollo del conocimiento, avances e investigación en la radiología osteomuscular.
Modalidades para el estudio por imágenes
Radiología simple
La primera herramienta es la radiología simple. Es la más importante para hacer el diagnóstico diferencial, puesto que entrega más información sobre la actividad biológica. Si se debe elegir entre radiografía simple, tomografía computarizada (TC) y resonancia magnética (RM) para hacer el diagnóstico diferencial, se debe elegir la radiología.
Tomografía computarizada
La TC es muy importante. Los elementos que mejor se ven son el compromiso de la cortical y la matriz cálcica, que algunas veces es difícil de ver en la radiografía simple y se podrían visualizar más fácilmente en la TC.
Resonancia magnetica
lLa RM es muy importante para la etapificación de una lesión agresiva o maligna, ya que habla mejor de su extensión intramedular, hacia partes blandas e intraarticular, así como del compromiso de las estructuras neurovasculares, que son de vital importancia.
Patrones de destrucción
Existen tres tipos básicos de patrón destructivo: geográfico, apolillado y permeativo, que se mencionan en todos los textos del tema.
La mayoría de los tumores benignos presentan este patrón de destrucción de tipo geográfico, pero también puede verse en lesiones malignas como las metástasis y el mieloma múltiple.
En la Figura 1 se observa un dedo con una lesión lítica que compromete la primera falange, de contornos muy bien definidos. Es una lesión de tipo no agresivo que corresponde a un encondroma.
Patrón geográfico
Es el menos agresivo, lo que indica que la lesión es de crecimiento lento. Se caracteriza por tener márgenes bien definidos y puede o no tener esclerosis (a mayor grado de esclerosis de los márgenes, menos agresiva es la lesión). La mayoría de los tumores benignos presentan este patrón de destrucción de tipo geográfico, pero también puede verse en lesiones malignas como las metástasis y el mieloma múltiple.
En la Figura 1 se observa un dedo con una lesión lítica que compromete la primera falange, de contornos muy bien definidos. Es una lesión de tipo no agresivo que corresponde a un encondroma.
Patrón apolillado
Habla de una lesión más agresiva que las anteriores, de márgenes menos definidos. Este tipo de imágenes son producidas por el linfoma, el sarcoma de Ewing, el fibrosarcoma, la histiocitosis X y la osteomielitis, es decir, lesiones malignas o benignas que se presentan con un patrón agresivo.
En la Figura 2 se muestra la radiografía de un fémur distal afectado por un linfoma primario. Se observa una lesión lítica de contornos no muy bien definidos, es difícil determinar dónde termina la lesión y dónde está el hueso sano, no hay presencia de esclerosis, se extiende hasta la epífisis y no se puede definir claramente dónde está el margen.
Trabeculaciones
Existen algunos tumores que producen trabeculaciones, lo que también ayuda en el diagnóstico diferencial. Las trabeculaciones óseas pueden corresponder a hueso normal residual que ha quedado después de la destrucción del tumor, o a formaciones de trabéculas propiamente tales por el tumor mismo.
El aspecto de la lesión ayuda a orientar el diagnóstico; puede ser fina, gruesa, lobulada o de disposición vertical. Por ejemplo, la presencia de trabeculaciones gruesas en el sentido vertical, en la radiografía lateral de un cuerpo vertebral, es típica de los hemangiomas vertebrales.
El aspecto de la lesión ayuda a orientar el diagnóstico; puede ser fina, gruesa, lobulada o de disposición vertical. Por ejemplo, la presencia de trabeculaciones gruesas en el sentido vertical, en la radiografía lateral de un cuerpo vertebral, es típica de los hemangiomas vertebrales.
Compromiso cortical
Es muy importante. Cuanto más compromiso cortical, más agresiva es la lesión y más alta la probabilidad de que sea maligna. Las lesiones medulares no agresivas tienden a tener poca alteración del endostio y poco compromiso destructivo de la cortical.
En la Figura 6 se presenta la reconstrucción en el plano coronal de la tibia, con un tomógrafo multicorte. Se aprecia una lesión de tipo no agresiva, porque tiene contornos escleróticos; a pesar de estar muy cercana a la superficie, no la compromete y no se acompaña de compromiso de partes blandas ni reacción perióstica. Está ubicada en la tibia, tiene un patrón interno un poco más denso que el tejido graso y corresponde a una displasia fibrosa.
En la Figura 6 se presenta la reconstrucción en el plano coronal de la tibia, con un tomógrafo multicorte. Se aprecia una lesión de tipo no agresiva, porque tiene contornos escleróticos; a pesar de estar muy cercana a la superficie, no la compromete y no se acompaña de compromiso de partes blandas ni reacción perióstica. Está ubicada en la tibia, tiene un patrón interno un poco más denso que el tejido graso y corresponde a una displasia fibrosa.
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